Caperucito José y Lobo Federico Hartz.
Personajes (y actores que los encarnan):
-Caperucito José > Jose Luís Vergara Rodríguez.
-Lobo Federico Hartz > Federico Hartz Marcos.
Escena Primera.
Lobo (a Caperucito que se aproxima) > Viajero que viajas por los bosques en busca de una flor u otra mariconada, te obligo que del canasto que llevas saques unos espetos y una mariscada. ¡Ojo, no olvides el limón! Que si no, cuando vuelvo a casa y mi señora huele el aroma de las sardinas, me da un sopetón creyendo que vuelvo de acostarme con una de sus amigas.
Caperucito (después de golpear un testículo del animal) > Si a tus amenazas he de responder ¡Y una mieeerda! Os diré. No traigo carnes ni mantecados conmigo para alimentar a un lobo medio castrado, solamente traigo material de dentista para llevar a mi abuela. A la pobre la he de ayudar porque le faltan dos colmillos y una muela.
Lobo > Claro, antes de tus palabras creer, te aseguro que todos los pelos de las cejas me arrancaré. Escucha con atención, niñita, las palabras que vienen a continuación…
Caperucito > ¿¡Niñita, eso decís vos!? Medio invidente usted a de ser para no observar la barba que mi cara intenta decorar. Pelillos negros y castaños se extienden por mi rostro sin propagarse demasiado ¡Si no, parecería un monstruo!
Lobo > Escucha, vuelvo a repetir. El que te burles de mí, apenas me hace reír. Sé que dentro de ese canasto que luces, escondes comida como para alimentar a un rebaño de avestruces. El canasto no es precisamente Chanel, no lo luzcas de esa manera que tienes toda la pinta de Caperucito hortera.
Caperucito > Además de carecer de huevo, veo que careces de estilo. Te dejo en este claro del bosque, Lobo, hambriento y escuchimizado. Mi tarea que es llegar a casa de la vieja no ha acabado. ¡Qué más digo, ha iniciado!
Lobo > Buena idea, vete ya de aquí que estoy arto de hablar como un imbecil.
Continuará… Si tengo ganas de escribir (posiblemente las tendré).